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Biografía
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María Teresa Babín

INTRODUCCIÓN 

La vida de la doctora María Teresa Babín Cortés tiene la solidez del hilo de Ariadna, símbolo de la moral, el conocimiento y de la transmutación. Durante su devenir histórico, teje infinitas telas, con infinitos hilos que marcan el camino cierto de la formación de una sólida personalidad que se bifurca en diversos senderos: familiares, profesionales o de abundante creación literaria. Éstos convergen en un sólo y extraordinario  punto en el cual el yo íntimo se convierte en excepcional interpretación del espíritu colectivo de su pueblo, de su cultura. Sigamos ese ovillo conductor y conozcamos la esencia de María Teresa Babín, una tejedora de sueños. 

EL HILO FAMILIAR

 Emmanuel Babín Satgé, (FOTO) un joven químico oriundo de la isla  caribeña de Guadalupe emigra  en 1908 a Puerto Rico con el objetivo de trabajar en las centrales azucareras del sur de la Isla;  al año siguiente contrae nupcias con Joaquina Cortés Marrero, (FOTO) criolla vecina de Santa Isabel.  Triunfa entre ellos el lenguaje del amor, pues no se convierte en obstáculo que don Emmanuel hable francés y que doña Joaquina, ni pizca.  Este matrimonio procrea seis hijos: Eduardo, Manuel, María Teresa, Mercedes, Elena y Luis José. (FOTO)  Los  primeros hermanos varones mueren muy niños; María Teresa, quien nace el 30 de mayo de 1910, en una hacienda cañera cercana a Ponce, se convierte en la hermana mayor. Quizás, en ella  se sintetice el amor por las dos islas caribeñas de sus progenitores: Guadalupe (Emmanuel) y Puerto Rico (Joaquina).

A los tres meses, recibe las aguas bautismales (FOTO)  en la iglesia de Capesterre en Guadalupe. Su padre  le enseña francés y las mejores lecciones de historia universal, utiliza como libro de texto la "Histoire du consulat et de L' Empire de M. A Thieres (FOTO) (1884). El amor al conocimiento lo cultiva junto a su padre y lo desarrolla a través de sus múltiples lecturas: Las Mil y una Noches, Fabiola o las Catacumbas, El Médico de las Locas, María, Romeo y Julieta junto a la poesía de Amado Nervo, José Asunción Silva, Manuel Gutiérrez Nájera y José de Diego... Por su parte, Joaquina representa el vínculo que la ata por siempre a su tierra puertorriqueña. Así lo expresa en la dedicatoria de su libro de estampas puertorriqueñas, Fantasía Boricua: (FOTO)   " A ella le debo haber vivido su historia, su leyenda, su alegría y su pena".  Su patria, sus padres y sus hermanos se convierten en su eje existencial. Eje que más tarde extrapola y comparte con sus amados siete sobrinos: "Los niños de ahora con nuestros nombres de antes: Carmen Elena, Merceditas, José Rafael, Elenita, María Teresa y, luego, Tony".  A todos ellos les tributa su homenaje:

"Mi aleluya  por haber nacido en Puerto Rico, por ser hija de mis padres y hermanos de mis hermanos. Soy lo que ellos me hicieron y ellos a su vez participan de lo que soy,  en esa comunión de la sangre, la lengua y la tierra que encierra en su trinidad fecunda la certidumbre de "ser" lo que se es, no obstante, las oscilaciones de "estar" dondequiera que la vida nos lleve”.

(Fantasía Boricua, 1956).

Efectivamente, camina por diversos senderos, hilando siempre el "ser" con el "estar".   

LAS HILAS DEL DEVENIR

 María Teresa desde pequeña tiene una vida nómada. Su movilidad primera se debe a los cambios constantes de residencia debido al trabajo de su padre en diferentes haciendas azucareras y, la segunda, por decisión propia motivada por diversas circunstancias. Tracemos ese continuo caminar.

Su niñez y juventud trascurren entre las haciendas: La Beatriz en Santa Isabel, Aguirre en Salinas, La Quinta en Yauco, La  Florida, Río Chiquito, La Esmeralda, Potala cercano a Ponce. (FOTO)   Su formación educativa, corrobora estos vaivenes existenciales. Comienza su escuela elemental en Yauco y finaliza su escuela secundaria  en la Ponce High. (FOTO)   Obtiene el Valedictorian, reconocimiento mayor al graduarse de Cuarto Año. Como parte de este premio ofrece un discurso, curiosamente, de tema científico.

 Ingresa a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, donde cursa el Bachillerato en Artes en Educación con especialidad en Español, con honores (1931) (FOTO). De esta etapa estudiantil, recuerda en Fantasía Boricua su largo viaje desde Coamo hasta su Alma Mater; especialmente las diversas peripecias vividas luego del devastador huracán San Felipe (1928) para regresar  a pie desde Río Piedras hasta su casa ubicada frente a la Plaza de recreo en Coamo. 

Su amor por las letras se acrecienta gracias a los insignes profesores universitarios del Departamento de Estudios Hispánicos: Concha Meléndez, (FOTO 1, FOTO 2)   Antonio S. Pedreira, Lidio Cruz Monclova, José A. Balseiro, Margot Arce de Vázquez y al vínculo amistoso con los escritores de la Generación del 27: Pedro Salinas, Federico de Onís, José Hierro, Vicente Alexandre y Juan Ramón Jiménez.  Quizás sea la razón  por lo cual dedica su tesis de maestría al estudio del gran poeta y dramaturgo granadino. Se gradúa de Maestría en Artes (1939) con la investigación: "Federico García Lorca y su vida". (FOTO

Mientras continúa sus estudios graduados, se desempeña como maestra de Escuela Superior en Coamo, Isabela y la Central High en Santurce donde enseña español y francés. Como dato curioso, le da clase a sus hermanos en la Escuela Superior de Coamo (FOTO) y,  por poco, fracasa en el curso a su hermano menor, José Luis: le asigna un trabajo especial y éste lo desarrolla exitosamente. Esto ejemplifica su rectitud y firmeza como maestra de español. Entre sus destacados alumnos se encuentran: la Dra. Angelina Morfi, el compositor Félix Manuel Rodríguez, mejor conocido como Bobby Capó y la Sra. Francisca Cartagena Ramos, maestra de escuela elemental durante 30 años.  

Durante esta etapa, también  dirige el Comité de Producción de la Escuela del Aire (FOTO)  del Departamento de Instrucción Pública (1935-37).  Al terminar la maestría, el Dr. Jaime Benítez la nombra primera Directora del Departamento de Español de la Facultad de Estudios Generales del Recinto de Río Piedras (1940-45) luego de la reestructuración de la Universidad de Puerto Rico. (FOTO)    No obstante, su espíritu inquieto y deseoso de adquirir conocimiento, no le permite anclarse en un solo lugar; otros derroteros la esperan: finalizar sus estudios doctorales en la ciudad de Nueva York. (FOTO

Su amor inquisitivo por los textos lorquianos es una constante. Motivada por Juan Ramón Jiménez, con quien se topa en la residencia de los padres de Lorca en Nueva York, decide profundizar en su lírica. Obtiene en 1951 el Doctorado en Filosofía y letras en la Universidad de Columbia de Nueva York con su tesis: "El mundo poético de Federico García Lorca", estudio publicado en 1954. (FOTO)   Curiosamente, también estudia leyes durante dos años, aunque no prosigue porque esta profesión no compagina con su sensibilidad.

Nunca abandona su romance literario con el gran poeta granadino y publica  en 1962  "La prosa mágica de García Lorca". También el  espíritu juguetón de Lorca, hace que conozca  al pintor español Esteban Vicente, (FOTO)   a través de sus familiares residentes en Nueva York.  Junto a éste, un tanto excéntrico Teseo, comparte su vida por casi veinte años en la Gran Manzana. A él le dedica su más hermoso poemario de amor, "Las voces de tu voz" (1962). (FOTO

“Llevo adentro escondidas las voces de tu voz

_Un susurro y un deje de huracán amansado_

Un nudo de lamentos temblorosos de brisas…

Atadas a la esfinge del amor sin cadenas”.

(Las voces de tu voz, pág. 49)

 

“Sé muy bien  lo que sabes.

Mi amor ha sido todo: pasión, volcán y fuego,

Locura, marejada de ensueños y fracasos.

Por eso es que me sientes serena en mi tristeza,

Amarga y desolada, satisfecha y perpleja”.

(Las voces de tu voz, pág. 57)

Su vida profesional durante estos años es sumamente rica, variada y sustanciosa: maestra de escuela superior en Easton, (FOTO) Pennsylvania y en Garden City High School (FOTO) en Long Island; profesora universitaria en diversas instituciones: Departamento de Lenguas Romances en Hunter College of New York (FOTO) (1946-51), Profesora Asociada de Lengua y literatura española en Washington Square College (FOTO) en Nueva York. Además, ofrece clases particulares de francés y entre sus discípulas figura Jackeline Bouvier, (FOTO) conocida por todos como Jackeline Kennedy Onassis. También presta sus servicios como Ayudante Cultural del gobernador Nelson A. Rockefeller en el Estado de Nueva York.

Durante este transcurrir, la barca de Esteban Vicente (Teseo) sigue otro rumbo y conoce a un nuevo Dionisio, el Dr. José Nieto Iglesias. (FOTO)   Uno de sus estudiantes universitarios le presenta al poeta, filósofo y doctor en leyes, quien ocupa el cargo de Delegado Español ante las Naciones Unidas. Contraen nupcias mediante el rito católico, vínculo que se mantiene hasta la muerte de su cónyuge (1982). Entre ellos existe una gran afinidad; él  le brinda muchas satisfacciones y un profundo amor, quizá se deba a que ambos consideran que la existencia hay que crearla-vivirla como arte. Posiblemente, se inspira en su amada esposa para escribir el poema "A la mujer puertorriqueña", premiado en el certamen auspiciado por el Instituto de Puerto Rico en Nueva York.

Juntos regresan a Puerto Rico. A María Teresa la nombran Coordinadora del programa Especial de Escuela Superior y Directora del Programa de Español del Departamento de Instrucción Pública (1963-1966). Su aportación es vital, pues gracias a ella se incorpora al currículo la primera lista de textos puertorriqueños. Luego los esposos imparten cursos como profesores en el Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (1966-69): él, Director del Departamento de Humanidades; ella, Directora del Departamento de Estudios Hispánicos. Allí su labor se distingue tanto por la organización e implantación del Programa de Maestría en Estudios Hispánicos, primer programa graduado en la División de Artes en ese centro docente, como por la celebración  de actividades académicas de impacto: entre ellas, el Primer Festival Rubén Darío y diversos simposios sobre la lengua en los cuales participan figuras de la talla de Dámaso Alonso y Don Joaquín de Entrambasaguas. (FOTO)   Evidencia de la honda huella que deja en la comunidad académica del Recinto de Mayagüez es el reconocimiento que el Departamento de Estudios Hispánicos le otorga durante la Semana de la Lengua en 1991. (FOTO

Junto a su esposo, regresa a Nueva York porque otras inquietudes la motivan: el dar a conocer su cultura puertorriqueña a plenitud en los Estados Unidos. Labora como Consultora especial de la Fundación Ford, vinculada con la otorgación de becas para estudiantes de grupos minoritarios (1969-73) y forma parte de la Junta Cultural de la ciudad de Nueva York, puestos en los que sirve y ayuda a nuestros compatriotas en los Estados Unidos para que se vinculen con el quehacer cultural- humanístico.

 Recibe la invitación de Herbert H. Lehman, (FOTO)  una de las universidades de la City University of New York, para que implante el primer Programa de Estudios Puertorriqueños.  Allí la nombran catedrática, fundadora, y Directora del Departamento de Estudios Puertorriqueños y, simultáneamente, dicta cátedra de Literatura Española e Hispanoamericana en el Programa Doctoral de la Facultad Graduada y Decana de Estudios Graduados en esta institución, de la cual se jubila por razones de salud. Su labor excepcional como profesora, investigadora  y literata  la reconoce el Herbert H. Lehman  con el galardón de Profesora Eméritus en 1978.

Con su cuerpo físico un tanto quebrantado, regresa a Puerto Rico y se instala en una hermosa casona del Viejo San Juan, en la Calle Norzagaray (FOTO 1, FOTO 2)   junto a su esposo y su anciana madre. Su sed por la enseñanza todavía persiste y ocupa la Cátedra de Literatura Puertorriqueña en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (FOTO 1FOTO 2)   desde el 1977 hasta el 1983 y como Profesora visitante en el Recinto Metropolitano de la Universidad Interamericana de Puerto Rico y en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (1983-85).  Su Alma Mater le confiere un doctorado Honoris Causa en Letras Humanas (1984) (FOTO 1, FOTO 2) como reconocimiento a su labor docente, investigativa y creadora constantes durante cuatro décadas.   

La  visita de la Parca le arrebata a sus seres más próximos: su  esposo (1982) y su madre (1985); por ende, decide mudarse a un apartamento en Santurce para librarse de los recuerdos. No obstante, su mente inquieta, alerta y creadora continúa hilando palabras y sentires hasta el último momento, pues en 1988, un año antes de su muerte, participa en el Congreso de Lengua  en Madrid donde defiende nuestro vernáculo con tanto denuedo que marca un hito en toda España. Quizá éste sea su último momento glorioso, de una larga lista de reconocimientos, entre ellos: miembro de la Asociación de Lenguas Modernas de América, de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico, (FOTO) de la Academia Puertorriqueña de la Lengua y miembro correspondiente de la Sociedad Hispánica de América, (FOTO) de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, (FOTO)   del Ateneo Puertorriqueño, de la  Sociedad Obispo Arizmendi (FOTO 1, FOTO 2) y de la Real Academia Española de la Lengua. Además recibe otros premios, entre ellos, distinciones del Instituto de Literatura Puertorriqueña (1954, 1982), (FOTO 1, FOTO 2) de la Unión de Mujeres Americanas (Guatemala, 1964),  del Instituto de Puerto Rico en Nueva York (1970), (FOTO 1, FOTO 2)   del Ateneo Puertorriqueño (1982). Además, la seleccionan mujer distinguida del Año Internacional de la Mujer en Puerto Rico y escritora eminente en el Congreso de Creación Femenina. La Fundación Puertorriqueña de la Humanidades la nomina como Humanista Conferenciante del Año 1987, (FOTO) donde dicta la conferencia "Aristas de la Supervivencia Cultural en el Puerto Rico de Hoy". Quizás su último reconocimiento en vida sea el Agüeybaná (FOTO) (1988-89) que le otorga el Consejo Superior del Arte por su inconmensurable creación literaria. Póstumamente, los organizadores de la Fiesta de la Calle de San Sebastián, le dedican esta festividad en 1990. Reconocimientos todos por hilar sus pensamientos y emociones en la sempiterna fusión del amor a la lengua, potente vínculo que une  a la cultura puertorriqueña con la española: sus dos hitos amorosos.

LA MADEJA DE SUS AMORES

 La corona boreal que exhibe María Teresa Babín en todos sus escritos como regalo de bodas generacional es su gran amor por la lengua, por la exaltación de lo puertorriqueño en particular en contubernio amoroso con la cultura española en general.  Como hija de su momento histórico, comparte y se afianza en el canon "panhispanista" para arrostrar los embates de la ideología "panamericanista" foránea. En la búsqueda de esa esencia hispanista, la generación del 30 encuentra esos valores prístinos en el ser menos contaminado: el jíbaro puertorriqueño. Por tanto, la literatura criollista  se afianza en tres aspectos básicos fusionados: el hombre, la lengua y la tierra. Fantasía boricua (1956), traducido al francés, y  The Puerto Rican's Spirit (1971)  ejemplifican esta tendencia. 

La investigación incesante por definir nuestra personalidad cultural y darla a  conocer tanto en el ámbito local como  internacional se convierte en punta de lanza para  la Dra. Babín.  Sintetiza este anhelo el ensayo "Ser y estar de Puerto Rico" (1964) que obtiene el segundo premio en el Certamen Literario Panamericano, auspiciado por la Unión de Mujeres Americanas. Este escrito al igual que sus textos dan fe de su inmenso amor por la cultura puertorriqueña y por los literatos que la representan: Panorama de la cultura puertorriqueña (1958), La antología prologada de Francisco Gonzalo Marín (1958), Jornadas literarias (1967), Siluetas literarias (FOTO) (1967), La gesta de Puerto Rico (1967), La cultura de Puerto Rico  (FOTO) (1970). A los títulos anteriores  se suman los  innumerables  artículos, conferencias y ensayos sobre crítica literaria, temas pedagógicos y hasta políticos; aportaciones que publica en diversas revistas o rotativos en y fuera de Puerto Rico: "Brújula", "Ateneo Puertorriqueño", "El Mundo", "El Imparcial", "Puerto Rico Ilustrado", "Asomante", "Sin Nombre", "Repertorio Americano", Revista del Instituto de Cultura", Revista Hispánica Moderna"... . Cada escrito es una joya analítica que justiprecia la producción literaria de figuras tales como: Miguel Meléndez Muñoz, Fernando Sierra Berdecía, Manuel Méndez Ballester, René Marqués, Emilio S. Belaval, Julia de Burgos, Luis Palés Matos, Evaristo Ribera Chevremont... o aquilata desde su perspectiva la trascendencia de los procesos históricos y literarios puertorriqueños.

    Con igual intensidad, ama e investiga la literatura española. Lo ratifica los estudios dedicados a la exégesis literaria de la obra de Lorca, ya mencionados, junto con los Estudios Lorquianos(1976) y su último texto publicado que titula Federico García Lorca, cincuenta años de Gloria (1986).  A éstos se une la Introducción a la cultura hispánica (1949), libro de texto utilizado en los colegios y universidades de los Estados Unidos.  Se suman innumerables artículos y conferencias  que valorizan el genio creador de Garcilaso de la Vega, Miguel de Unamuno,  José Ortega y Gasset, Jorge Guillén o Juan Ramón Jiménez, por mencionar algunos. También se destacan los artículos sobre literatura española escritos en inglés y publicados en la segunda edición de la Columbia Encyclopedia (1946) junto con la edición y el prólogo del libro "¿Qué es la casa de Troya?"  (1982) del Dr. José Nieto Iglesias, su esposo.

Su incansable afán de crear y de hacer caracterizan a la Ariadna, María Teresa Babín.  Ella nos regala la voz del corazón amante en los poemas Las voces de tu voz (1962), su visión trágica sobre Puerto Rico en el poemario La barca varada (1982) y nos regalas su fábula teatral, La hora colmada (1960) para que todos la disfrutemos. Coqui Santaliz en su artículo “Hay que vivir para crear” (El Reportero, 2 de julio de 1984) interpreta su continuo hilar como su forma de ganarle la batalla a la vida con una espada de disposición y de trabajo, un respeto hacia los demás y un espíritu de no dejarse amilanar por los golpes.  María Teresa Babín, es la eterna Ariadna que urde sueños quijotescos impregnados con sus esencias personales.

Si observamos sus retratos (GALERÍA) podemos captar tanto su belleza física, de mujer coqueta y de finas manos como su yo interior: afable, caritativa, alegre, con una sonrisa a flor de piel. Tan humilde, amable, sencilla como uno de los hilos de su madeja, pero con gran fortaleza espiritual y de carácter. (FOTO)   Una mujer de ideas definidas y adelantadas a su época que nunca claudica ante los dictados de su conciencia; por eso, cuando le diagnostican que sufre de una enfermedad terminal se niega a recibir tratamiento y visitas. Se prepara a morir junto a sus amados sobrinos porque no quiso ir en contra de un proceso natural y como todo un gurú oriental decide  su muerte, pues está satisfecha con su vida. María Teresa Babín días antes de transmutar expresa su último deseo: "No permitan que me olviden”.  Las morias cortan su hilo existencial, el día 19 de diciembre de 1989.

Su espíritu  hoy nos acompaña.  Ella se encuentra en esta sala que lleva su nombre, junto a sus libros, a su memorabilia, junto a sus queridos estudiantes de todos los tiempos y en espera de un último homenaje: que salga a la luz  su novela  inédita  El hilo de Ariadna porque aún desde su estrella, la Dra. María Teresa Babín continúa tejiendo sueños.

 

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Sra. María M. Silvestrini

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