GUIAS PARA LA EVALUACIÓN DEL PERSONAL DOCENTE

Introducción
Procesos de Evaluación
Criterios de Evaluación
Portafolio de Enseñanza
Evaluación de Facultad



Introducción

El compromiso de la Universidad Interamericana de Puerto Rico con la excelencia académica requiere el desarrollo de mecanismos que permitan mantener información continua sobre el progreso alcanzado en la consecución de sus metas institucionales y sobre la efectividad de sus recursos y programas. Dentro de este marco, la evaluación del desempeño de la facultad constituye un proceso vital para el logro de la excelencia académica. La disponibilidad de una facultad altamente competente en la disciplina que enseña, dedicada al servicio y comprometida con la Institución, sus estudiantes y la consecución de sus objetivos, ávida de crecer profesionalmente y dispuesta a fortalecerse en los procesos de la enseñanza y del aprendizaje, son elementos indispensables para elevar los niveles de excelencia académica.

 La evaluación del personal docente tiene dos vertientes. Por un lado, esta la evaluación formativa que, como indica su nombre, persigue el desarrollo continuo del personal que se evalúa, con el fin de ayudarle a progresar profesionalmente, facilitarle tanto maximizar sus fortalezas como reducir sus debilidades, y apoyarle en su esfuerzo por consolidar su carrera dentro de la Institución. La segunda vertiente, llamada sumativa, se refiere a la evaluación que realiza la Institución para identificar a las personas mejor cualificadas que deben ser retenidas y a aquéllas cuya labor de excelencia debe reconocerse mediante ascensos de rango y el otorgamiento de permanencias. Esta es la evaluación que culmina con las decisiones administrativas sobre la relación contractual entre el/la empleado/a y la Institución.

Aunque son conceptualmente distintas, estos dos tipos de evaluación pueden confundirse fácilmente, afectándose la efectividad de la evaluación formativa y reduciéndose el proceso de evaluación a uno de índole sumativa exclusiva o principalmente. Para lograr ambos propósitos evaluativos, se debe reconocer la relación íntima entre uno y otro tipo de evaluación, pero se deben separar claramente los procesos formativos de los sumativos para que no se confundan, asignándoseles a funcionarios y a comités distintos.

Toda evaluación efectiva y justa requiere que se aclare lo siguiente:
 
a) Los diversos criterios de evaluación que habrán de emplearse como marco de referencia, es decir, como estándar para calificar la ejecución de las funciones encomendadas al personal evaluado.
b) Las fuentes de información que permitan evidenciar el cumplimiento con los criterios de evaluación.
c) Las funciones de los diversos funcionarios y organismos encargados de la evaluación.
d) Plenas garantías procesales que, entre otras, incluyan el más completo conocimiento por la persona evaluada de los criterios e información considerados en su evaluación, además de suficiente oportunidad para proveer cualquier información que considere pertinente.
Las anteriores consideraciones relativas a la evaluación de empleados/as dentro de cualquier institución son de plena aplicación al contexto académico, con relación a su personal docente. Este contexto posee, sin embargo, ciertos atributos especiales. Por ejemplo, en vista del carácter colegial del claustro de una universidad, la propia facultad y las autoridades administrativas deben compartir la responsabilidad y la autoridad sobre la evaluación del personal docente. La facultad participa por medio de los comités de evaluación de cada departamento y del Comité de Ascensos, Permanencias y Cambios de Contrato constituyendo el mejor recurso tanto pare la institución como para la persona evaluada, en las fases de evaluación formativa y sumativa, pare ayudar al/a la profesor/a a desarrollarse, señalándole sus fortalezas y aspectos a mejorar, indicándole la forma de mejorar mediante recomendaciones concretas y haciendo recomendaciones a las autoridades administrativas. El\la director\a de departamento tiene la responsabilidad de la evaluación de la facultad de acuerdo con las normas y los procedimientos establecidos en el sistema de evaluación de la Universidad (página 62 del Manual de la Facultad). Las autoridades administrativas, establecen las prioridades, participan en el proceso de tome de decisiones en cuanto a cambios de contratos, ascensos y permanencias y asignan los recursos para la implantación del plan de desarrollo profesional de la facultad, que es el resultado de la evaluación formativa.

      Dentro del contexto académico existe la necesidad de realizar evaluaciones formativas periódicas del personal docente aunque éste no las solicite e incluso después de alcanzar la permanencia y el rango académico más alto. Sólo así se puede asegurar la continua excelencia académica.



Proceso de Evaluación

El proceso de evaluación de facultad se divide en tres etapas fundamentales, a saber:

1) orientación general
2) evaluación
3) acciones post-evaluativas
La primera tiene un carácter informativo y comienza desde el momento en que el candidato es seleccionado para el puesto. Es responsabilidad de la administración universitaria proveer para que el candidato contratado sea debidamente informado con respecto a la filosofía educativa de la Institución, sus responsabilidades institucionales, docentes y cuasi-administrativas y los criterios e instrumentos de evaluación. Esta primera etapa, tiene también como propósito la realización de una serie de actividades de orientación para todo el profesorado. La segunda etapa incluye la realización de las actividades evaluativas que se discuten en los apartados IV y V de estas Guías y la tercera contiene las actividades que se realizan posteriores a la evaluación formal, según se detallan más adelante en este documento. Las acciones post-evaluativas se llevarán a cabo conforme al tipo de evaluación, sea ésta sumativa o formativa. Cuando un\a profesor\a esté sujeto a la evaluación sumativa, no se realizará la evaluación formativa.


Criterios de Evaluación y Valencias Relativas

El Manual de la Facultad (páginas 65-69) establece los criterios que se deben emplear en la evaluación de la facultad en la Universidad Interamericana de Puerto Rico Con excepción de que los procesos de enseñanza y aprendizaje deben tener una importancia predominante, el Manual no dispone las valencias o pesos relativos que debe dársele a cada uno de dichos criterios en la evaluación de un miembro de la facultad. Cada unidad debe fijar, de acuerdo con su misión, la importancia relativa de cada criterio de evaluación, en función de sus particulares objetivos institucionales y siguiendo los parámetros institucionales del Manual de la Facultad. Así pues, una unidad que ofrezca programas graduados puede, por ejemplo, reconocerle una valencia mayor al criterio de investigación y trabajo creativo que otra unidad que sólo ofrezca programas subgraduados. Naturalmente, cada unidad debe precisar dichas valencias dentro de ciertos parámetros aplicables a la Institución completa. En ningún caso, por ejemplo, debe reconocérsele al criterio general de servicio a la Institución, o al de investigación o trabajo creativo, un peso menor de 1O% de la evaluación, ni mayor de 2O%.

      A continuación se relacionan los diversos criterios generales y específicos que dispone el Manual de la Facultad para la evaluación del personal docente. El dominio de los procesos de enseñanza y aprendizaje se estiman de mayor importancia que cualquier otro criterio y recibe alrededor de dos terceras partes del valor de la evaluación.

Sección de Criterios:

Evaluación Formativa: Evaluación Sumativa:
  • Fuentes de información para la evaluación sumativa

  • Para poder evaluar las ejecutorias de un miembro de la facultad, a la luz de los criterios  esbozados anteriormente, es preciso contar con información objetiva. A esos efectos, pare la  evaluación de cada profesor\a se debe preparar un expediente de evaluación que contenga la siguiente información:
     



    El Portafolio de Enseñanza

    Introducción:

    La Universidad Interamericana de Puerto Rico establece entre sus metas: (1) fomentar el mejoramiento y desarrollo de su facultad de manera que la, institución pueda, a través de ella, comprender con mayor plenitud sus compromisos con los estudiantes y con la sociedad a la cual sirve y (2) brindar al estudiante la oportunidad de obtener conocimientos y desarrollar destrezas que le ayuden a prepararse para un empleo productivo y un servicio provechoso para la sociedad a la que pertenece. Estas dos metas están encaminadas a fortalecer la docencia como un elemento cardinal de la gestión académica de la Universidad.

    La Universidad se concibe fundamentalmente como una institución de enseñanza con una oferta académica tanto del nivel subgraduado como graduado. Esta oferta se diversifica a partir de los énfasis programáticos establecidos en las misiones particulares de las once unidades docentes del sistema universitario que conforman la Universidad. Se entiende que la gestión académica de la Universidad, su misión, se valida en la calidad de sus egresados. La corroboración de la calidad del aprendizaje de los estudiantes comprende tanto la adquisición de conocimientos como el desarrollo de destrezas y actitudes que capaciten a los/las estudiantes para desenvolverse adecuadamente en su campo profesional y como ciudadanos en un mundo diverso y en constante cambio.

    Declaración  de Propósito:

    La Universidad como institución de enseñanza se compromete a adoptar los mecanismos necesarios para el mejoramiento continuo de la calidad docente. Esto supone el reclutamiento y retención de la facultad mejor calificada y dedicada a la tención de la implantación y desarrollo de la oferta académica particular de los recintos. La facultad de una institución de enseñanza debe enriquecerse continuamente con la incorporación de los mecanismos que promuevan el mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje en las disciplinas.
    Se parte de la premisa de que el proceso de enseñanza-aprendizaje esta enclavado en un tiempo y un espacio determinado. Este proceso es un microcosmo donde inciden facultad-ambiente-estudiantes en un contexto. Por lo tanto, todo mecanismo que pretenda mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje en una disciplina debe considerar los elementos de toda enseñanza, a saber: quien enseña (la facultad), a quién se enseña (los/las estudiantes), donde y cuando se enseña (condiciones espacio-temporales que afectan el proceso de enseñanza-aprendizaje) y como se enseña (los propósitos de la enseñanza y las maneras de enseñarla: métodos, técnicas y recursos educativos utilizados).

    Las tradicionales estrategias para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje resultados de las evaluaciones de los/las estudiantes , visitas de colegas al salón de clase, calidad de prontuarios diseñados y ejemplos de exámenes vis-a-vis con los objetivos del curso, etc. -- sólo nos ofrecen una visión más externa y, por lo tanto, parcial de lo que acontece en la sala de clases. Por esta razón, las estrategias actuales para  mejorar el proceso de enseñanza deben identificarse y enriquecerse para documentar mejor el continuo facultad-estudiantes-contexto que es el proceso de enseñar.

    Ante la limitación de las estrategias actuales para mejorar la enseñanza y el aprendizaje, la Universidad debe moverse a experimentar con otras maneras o mecanismos de documentar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Una alternativa es preparar un portafolio de enseñanza. Este sirve para documentar y presentar como el/la profesor/a enseña, la esencia de sus estrategias, técnicas y maneras para enseñar y evaluar el aprendizaje del alumno. Además, reconoce y valora como se lleva a cabo el trabajo académico.

    La mayor fortaleza del uso del portafolio es que revierte en la facultad el proceso de documentar la calidad docente y convierte la enseñanza en objeto de reflexión. Le permite a la facultad aprender de ejemplos concretos las fortalezas y las debilidades de la enseñanza a partir de la calidad del aprendizaje de los estudiantes. Al mismo tiempo, hace de la enseñanza una labor de investigación. A través de la reflexión que  conlleva la elaboración de este documento, se promoverá el mejoramiento del proceso de enseñanza-aprendizaje y permitirá que la facultad aprenda de que, como y cuando aprenden los estudiantes.
    otra de las fortalezas del uso del portafolio es que las categorías o criterios que documentaran la calidad de enseñanza dependen de la facultad de la disciplina. Es decir, no existen parámetros que seguir ni modelos que copiar. Al reto de no tener que copiar, surge el camino para la creatividad y la innovación.

    El portafolio de enseñanza parte de las siguientes premisas:

    Estas premisas pretenden servir de base para desarrollar unas actividades que documenten "saber enseñar" (enseñanza  efectiva) en un contexto, a unos/unas estudiantes particulares. El portafolio de enseñanza recogerá ejemplos que validen estas premisas, así como, una reflexión de por que se incluyen y como muestra su impacto en la enseñanza.
     

    Características relevantes del portafolio de enseñanza


    Finalmente, el portafolio de enseñanza tiene como propósito incorporar un nuevo mecanismo para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y la calidad docente de la Universidad. Lo más importante para el éxito de este proyecto es que contenga un plan de trabajo que le de forma. Debe permitir su perfeccionamiento a través de una evaluación en el nivel de la unidad académica y en el nivel institucional.



     
     

    REVISADO EN MAYO DE 1998